martes, 26 de enero de 2010

El Juego de Ender, de Orson Scott Card

Después de escuchar maravillas de este libro, una edición barata en el fnac y ciertas circunstancias inevitables (como largos desplazamientos en tren y una Venecia lluviosa), acabé leyéndomelo en pocos días para acabar con una sensación típica de "me esperaba más".

Rodeado de un ambiente de ciencia ficción que huele a lo visto muchas veces en series como Más Allá del Límite, el libro nos describe la creación de un arma viviente, el comandante perfecto, el destinado a liberar al mundo de la amenaza de una futura invasión extraterrestre: Ender. Reclutado a los seis años para prepararse para la guerra, en el libro se nos va describiendo su adiestramiento y las tácticas que emplean sus instructores para asegurar su correcta formación. Uno de los pocos aciertos del libro es la sensación de agobio que genera en el protagonista los cada vez más bestiales sesiones de entrenamiento, sensación que llega a transmitirse al lector en los momentos finales. Y escribo "de los pocos aciertos" porque a medida que avanza la trama el final se hace más previsible y la moraleja final se intuye desde mucho antes; como si, una vez más, nos encontráramos ante un capítulo de Más Allá del Límite.

Originalmente fue un relato corto que tuvo bastante aceptación, y posibilitó que el autor escribiera una novela basado en el mismo. El éxito del libro fue tal que ahora parece ser que hay una saga completa entre secuelas de El Juego de Ender, otros personajes de la novela e incluso la misma historia vista desde el punto de vista de otro personaje. Puede que en ella se profundice más en aspectos que se quedan un poco en el aire en el libro, como los hermanos de Ender y sus "travesuras" o la inevitable continuación del final de El Juego de Ender, pero sinceramente no es que arda en deseos de continuar con la historia...

Una lectura amena con la que pasar unas noches de lectura entretenido, pero ni mucho menos una obra maestra dentro de la ciencia ficción como algunos parecen pensar.

Casino


Ace Rothstein: No importa lo grande que sea un tío, Nicky lo tumbará. Si le pegas a Nicky con los puños, él volverá con un bate. Si le cortas con un cuchillo, volverá con una pistola. Y si le disparas con una pistola, es mejor que le mates, porque él seguirá volviendo una y otra vez hasta que uno de los dos esté muerto.

Título original: Casino
Director: Martin Scorsese
Actores: Robert DeNiro, Sharon Stone, Joe Pesci, James Woods
Año: 1995
Duración: 182 minutos (aproximadamente)

Hace tiempo que intentaba elegir entre reseñar esta obra maestra de Scorsese o su antecesora, Uno de los Nuestros. Me he decidido y no sabría explicar muy bien por qué: la ausencia de Ray Liotta, la presencia de Sharon Stone, el papel protagonista de DeNiro, la banda sonora... En esta ocasión, la historia gira en torno al control de los casinos de Las Vegas por parte de mafiosos. El personaje de De Niro es enviado para dirigir uno de los casinos y hacerles ganar más dinero, mientras su vida se ve inevitablemente atada a la del personaje de Sharon Stone y al "granujilla" de Joe Pesci.

Parece como si Scorsese llevara un paso más allá aquello que nos sedujo en Uno de los Nuestros: los planos y las secuencias rallan la perfección en muchos momentos (atención a los créditos iniciales), De Niro parece el amo del mundo, Pesci resulta más psicópata que en su papel anterior (si bien puede considerarse una "continuación"), la música se encuentra omnipresente a lo largo de la historia y Sharon Stone realiza, posiblemente, la mejor actuación de su carrera. En su momento algunos llegaron a criticarle por considerarla una especie de secuela de Uno de los Nuestros, un intento de aprovecharse de su éxito anterior tan de moda en nuestros días. Sin embargo, puede comprobarse sin demasiadas complicaciones que sólo se parecen en las voces en off que nos acompañan a través de la historia y algunos actores (bueno, y Joe Pesci que interpreta papeles similares), y que en realidad es el cariño que siente Scorsese por estos temas turbios lo que le lleva a parir esta clase de P.O.Ms.

Con algunos momentos cómicos bastante acertados (como el aterrizaje de cierto avión) y apariciones sorpresa del mítico James Woods, los dos protagonistas van arrojando desde la voz en off sus valoraciones sobre lo que está pasando (sí, DeNiro y Pesci haciendo de comentaristas y no es un extra del DVD) hasta llegar al (¿Inevitable?) final.

Siempre es un buen momento para aposentarse en el sofá, preparar una buena bebida y pasar unas horas fascinado por la magia de Scorsese con el volumen bien alto y la vista despejada, no sea que te pierdas alguna secuencia magistral de Martin o una antológica interpretación de DeNiro en los buenos tiempos, y así de paso vamos olvidando lo de que los 90 no tienen obras maestras...