jueves, 8 de julio de 2010

Capitán América


Capitán América: ¿Cuál es su agenda oculta esta vez (la de Nick Furia)?¿O crees que no he visto esas miradas significativas que os habeis echado?
Agente 13: No quiero hablar de eso. Vamos a concentrarnos en esto.
Capitán América: Sharon...
Agente 13: Vale. Quiere que averigüe si has matado a Cráneo.
Capitán América: ¿Qué?
Agente 13: Lo sé. Le dije que ni hablar. No importa lo que te esté pasando ahora. No eres un asesino, y nunca lo serás.


Editorial: Panini
Guión: Ed Brubaker
Dibujos: Steve Epting, Michael Lark
Serie Regular, también en tomos recopilatorios.

No puedo negar que lo primero que me atrajo de esta colección fue el saber que iban a resucitar a Bucky. En realidad, que Ed Brubaker iba a hacerlo. Así que no pude resistirlo y quise ver lo que sin duda sería uno de los momentos más ridículos del mundo del cómic. Sin embargo, la resurreción del eterno compañero del Capitán América fue mucho menos ridícula que otras que nos hemos tenido que tragar (la de Coloso, las últimas de DC, algunas de Magneto...) y, cuando me quise dar cuenta ya estaba enganchado a las sutiles tramas que Brubaker tejía en la colección. La muerte del Capitán América ni fue una sorpresa ni iba a ser para siempre, y menos en una colección que para entonces ya parecía la autopista de la resurrección (Bucky, Cráneo Rojo, el Dr. Fausto, etc.), pero la verdad es que hizo la colección aún más interesante sin su protagonista.

Para su propia sorpresa y la de muchos otros, Brubaker consiguió dotar de una entidad y dignidad suficientes a los secundarios que poblaban la serie que hacía que valiese la pena aún sin Steve Rogers. La Agente 13, Bucky, Calavera, Halcón, el Dr. Fausto e incluso Tony Stark resultaban interesantes (este último mucho más que en todo lo que duró la absurda Civil War, por cierto) e hicieron de estos números algo único, bastante alejado de la típica historia de superhéroes y centrándose más en el espionaje, la política y los engaños antes que en grandes combates entre personajes disfrazados. Y todo ello sin recurrir demasiado al método "me-cago-en-la-continuidad" del que suele abusar el guionista. A los lápices, un soberbio Steve Epting asombraba a propios y extraños con sus viñetas oscuras y perfectamente adecuadas para las historias intrigantes de Brubaker. Sustituido ocasionalmente por profesionales competentes, ha dejado grandes escenas para el público: los combates en las alcantarillas contra IMA (perdón, AID), el Soldado de Invierno, el sutil rediseño de Calavera...

Y así ha ido esta notable colección, entre el plan maestro de Cráneo Rojo, el pasado de Bucky como Soldado de Invierno, la muerte del Capi y su sustitución. Entre tantas historias buenas, era inevitable que el estilo "barriobajero" de Brubaker saliera más tarde o más temprano... Y así fue, en la saga que nos narra la "resurrección" de Steve Rogers (publicada en España en un único tomo al margen de la serie regular con el sutil título de Capitán América: Renacimiento). Dibujado por un Bryan Hitch con prisas o en horas bajas (no lo sé), Brubaker nos sumerge en una tontería tras otra para acabar mostrándonos el lamentable plan final de Cráneo Rojo, con un montón de mini-MODOKs de regalo. Lo mejor es ignorar esta parte de la obra, ya que se sabía que Rogers tenía que resucitar.

Sin saber cómo continuará Brubaker con dos Capitanes América (oficiales) en la colección ni si el lamentable tomo de Renacimiento indica que se le han acabado las ideas o era una obligación impuesta por la editorial, sólo puedo quitarme el sombrero ante lo que hizo durante cerca de 50 números con la colección del Capitán América, olvidar Renacimiento y rezar para que Brubaker siga teniendo suerte con los guiones de la colección...