viernes, 18 de junio de 2010

Los Muertos Vivientes

Rick: Mataría a todos y cada uno de los de aquí si pensara que eso te mantendría a salvo. Conozco a esta gente... pero sé que sería capaz de hacer ese sacrificio. A veces me descubro puntuándolos... Mirándolos y pensando quién me gusta más y a quién necesito más... por si ocurriera algo y tuviera que elegir. He visto morir a tantos que ya no siento apego por ellos... y podría matar a cualquiera en cualquier momento por el motivo adecuado.

Editorial:
Planeta DeAgostini
Guión: Robert Kirkman
Dibujo: Tony Moore, Charlie Adlard
PVP: 7,5 € por tomo.

En glorioso blanco y negro, Kirkman lleva la batuta de este crudo drama humano enmarcado en un apocalipsis zombie. Con unos dibujos simples, sucios y carentes de fondo en viñetas con un personaje o dos, nos vemos envuelto en las peripecias de Rick y la gente con la que se encuentra para sobrevivir a una situación límite. Para no caer en lo obvio, el gore y las escenas escabrosas están bastante limitadas a lo largo de la obra (de momento) y en muchos casos el estremecimiento que sentimos al leer proviene más de las actuaciones de los seres vivos que de los muertos que caminan.

Sin duda, éste es el gran acierto de Kirkman. Más allá del resurgir de la moda zombie en la que estamos envueltos, ha decidido emular a los grandes de la ciencia-ficción y de la temática zombie para hablar de la sociedad y no de monstruos imaginarios. Después de todo, ¿Para qué preocuparse de los zombies atontados de fuera si estás encerrado junto a presos que no conoces o bajo los cuidados de cierto gobernador de cierta ciudad? Pero también es cierto que ni todos los personajes tópicos que aparecen a lo largo de la historia serían capaces de mantener el interés de la gente durante tanto tiempo, por mucho que se encariñen de alguno, si las cosas no permanecieran en constante movimiento. Y la verdad es que con tener claro que no hay ningún personaje intocable (excepto, supongo, el protagonista) y una mecánica cíclica de situación-resolución, el guionista ha mantenido enganchado a su público durante 60 entregas, y las que quedan.

Las declaraciones de Kirkman han sido claras: "Mientras saque dinero, no voy a parar", básicamente. Y mientras la serie siga siendo una montaña rusa de subidas y bajadas mínimamente inteligentes, es de suponer que el público seguirá respondiendo. Así que va a depender del pulso narrativo de su autor para mantener la serie; un pulso que, 60 números después, parece seguir firme y sin señales de cansancio. La serie ha llamado tanto la atención que ya se están dando los últimos retoques a su paso a la televisión, idea que a más de un fan se le pasó por la cabeza y , si consiguen no desviarse demasiado de la línea trazada por Robert Kirkman, podría ser todo un éxito.

Te sentirás asustado, asqueado, intrigado, apenado e incluso enfadado mientras asistes al desfile de bajeza humana que se propone a lo largo de la serie. Cuando hayas olvidado que los muertos vivientes siguen ahí, aparecerán desde la esquina de alguna viñeta para asustar a alguien y, si pueden, comérselo. Una interesante propuesta que deberías probar para decidir si sigues el camino o no, pero cuya calidad no puede ser ignorada.