Tenemos aquí el nuevo culebrón del señor Clint Eastwood... Asustado por si sufriría un arrebato intestinal como con Los Puentes de Madison o si saldría contento como en Mystic River, me alegra decir que el viejo vaquero me sorprendió, de nuevo. El cine "made in Clint" sigue presente en esta película: ritmo pausado (con desniveles de menos a más y de más a menos) , recreación (excesiva) en el dolor de los personajes, uso clásico de la cámara, sin alardes... pero con los detalles "hijoputescos" marca de la casa.
Basada en una historia real, asistiremos a la desesperada lucha de una madre (una Angelina Jolie que no ha usado su cuerpo como reclamo, creo que por primera vez) por intentar averiguar qué ha pasado con su hijo desaparecido. Por supuesto, el director no deja pasar la oportunidad para criticar el sistema policial y político de la época. Pero no, no tengais miedo que no vais a estar viendo durante dos horas a Angelina llorando y preguntándose por su hijo (menos mal), cuando menos te lo esperas llega un toque "hijoputesco" de Clint para que vuelvas a dudar sobre el hijo, los implicados o el cómo acabará.
Los actores cumplen su función sin excesos. La Jolie, como ya hemos apuntado, no usa su cuerpo como reclamo y parece que intenta hacernos ver que acudió a un par de clases de interpretación. John Malkovich no tiene reparo alguno para tomar un papel (muy) secundario y hacerlo de forma normal, sin duda porque cuando Clint le dice a alguien que quiere usarlo en su película, ese alguien no puede negarse a aceptar. Los niños son correctos (vamos, una de las pocas películas donde aparecen niños y no te dan ganas de ostiarlos) sin más. Y el que hace de "hombre de la América profunda con problemas" sobreactúa sólo lo necesario. Como suele ocurrir con las películas de Clint, parece como si consiguiera traspasar la austeridad y carencia de gestos de él como actor al resto del reparto (lo cual me parece cojonudo, por cierto).
Una buena inversión, tanto económica como de tiempo, con la que perder un par de horitas, sobretodo si pensabas que en el cine sólo había ya efectos especiales y remakes estúpidos. Un drama honesto, en el que todo es lo que parece. Simple, pausado y directo, la marca de la casa de Clint (aunque sea un culebrón).
Basada en una historia real, asistiremos a la desesperada lucha de una madre (una Angelina Jolie que no ha usado su cuerpo como reclamo, creo que por primera vez) por intentar averiguar qué ha pasado con su hijo desaparecido. Por supuesto, el director no deja pasar la oportunidad para criticar el sistema policial y político de la época. Pero no, no tengais miedo que no vais a estar viendo durante dos horas a Angelina llorando y preguntándose por su hijo (menos mal), cuando menos te lo esperas llega un toque "hijoputesco" de Clint para que vuelvas a dudar sobre el hijo, los implicados o el cómo acabará.
Los actores cumplen su función sin excesos. La Jolie, como ya hemos apuntado, no usa su cuerpo como reclamo y parece que intenta hacernos ver que acudió a un par de clases de interpretación. John Malkovich no tiene reparo alguno para tomar un papel (muy) secundario y hacerlo de forma normal, sin duda porque cuando Clint le dice a alguien que quiere usarlo en su película, ese alguien no puede negarse a aceptar. Los niños son correctos (vamos, una de las pocas películas donde aparecen niños y no te dan ganas de ostiarlos) sin más. Y el que hace de "hombre de la América profunda con problemas" sobreactúa sólo lo necesario. Como suele ocurrir con las películas de Clint, parece como si consiguiera traspasar la austeridad y carencia de gestos de él como actor al resto del reparto (lo cual me parece cojonudo, por cierto).
Una buena inversión, tanto económica como de tiempo, con la que perder un par de horitas, sobretodo si pensabas que en el cine sólo había ya efectos especiales y remakes estúpidos. Un drama honesto, en el que todo es lo que parece. Simple, pausado y directo, la marca de la casa de Clint (aunque sea un culebrón).