
Abby: Oh, Mortimer... no seas tan preguntón. Ese caballero murió porque bebió un vaso de vino con veneno.
Mortimer: ¿Y cómo llegó el veneno al vaso?
Abby: Se lo pusimos en el vino porque a penas se nota. En el té tiene un sabor muy especial...
Mortimer: ...
Título original: Arsenic and old lace
Director: Frank CapraActores: Cary Grant, Priscila Lane, Peter Lorre, Raymond Massey, Josephine Hull
Año: 1944
Duración: 118 minutos (aproximadamente)
Trailer: (No lo he encontrado)
Si tuviera que elegir una única comedia de la extensa lista de películas cómicas que debe existir, esta sería la primera. Puede que llore de risa con los Monthy Python, Austin Powers o las comedias más salvajes de Jim Carrey, pero es esta obra maestra de Capra la que siempre me viene a la cabeza cuando pienso en la mejor comedia que he tenido el placer de ver. Y será que el señor Capra y yo tenemos un sentido del humor parecido, porque se dice que cuando vio esta obra de teatro, no paró hasta que consiguió sus derechos para hacer la película...
Resumir la película sólo serviría para arruinar un par de sorpresas al pobre desafortunado que no la haya visto. Si dijera que es la historia de un crítico teatral (famoso por sus libros en contra del matrimonio) que se acaba de casar y hace una fujaz visita a sus tías antes de embarcarse de luna de miel, seguramente no llamaría la atención de nadie. Sin embargo, lo único que podría añadir a este resumen es que, si pensabas que la familia Vorhees o la familia Bates eran "especiales", te prepares para conocer a la familia Brewster... Las obras de Frank Capra más famosas siempre han mostrado la lucha de un hombre contra el mal frente a la indiferencia de la mayoría (Caballero sin espada, ¡Qué bello es vivir! o Juan Nadie), aunque en esta ocasión no veamos nada de eso. Humor, humor y humor negro es lo único que vamos a encontrarnos en estos 114 minutos de golpes, carreras y locura en blanco y negro.

Entre los actores, por supuesto, hay que destacar al gran Cary Grant. Aunque el actor se mostró durante toda su vida contrariado por este papel, hay que reconocer que está magnífico. Al actor no le gustó porque el director le obligó a sobreactuar en cada escena (cosa que parece que no le hacía gracia a Grant), y vaya si sobreactuó: carreras, muecas, golpes, alaridos... un Cary Grant como nunca se había visto (y como nunca se volvió a ver salvo, tal vez, en algunas ocasiones de Con la muerte en los talones) arrancando sonrisas al espectador en cada momento, lejos de su papel de galán eterno. Acompañándolo, un grupo de secundarios que lo hacen igual de bien que él ante los que habría que quitarse el sombrero: la sufrida y desconcertada (y también guapa) esposa, las entrañables (a la par que "especiales") tías del protagonista, el tío que se cree Teddy Roosevelt y sus cargas a traves de la escalera, el hermano malvado Jonathan que se parece a Boris Karloff y su compañero el doctor Einstein, alcohólico y complaciente interpretado por el también grande Peter Lorre.
El único fallo que se le podría criticar a la película es que no esté Boris Karloff... Pero como confieso que la primera vez que la vi pensaba que era él, y dado el magnífico trabajo del actor Raymond Massey, no seré yo el que la critique por eso. Recomendada para toda la familia, sólo espero que algún día pueda verla proyectada en un cine para poder reirme de verdad en una sala de cine, y no por lo cutre que resulte lo que están proyectando...
Resumir la película sólo serviría para arruinar un par de sorpresas al pobre desafortunado que no la haya visto. Si dijera que es la historia de un crítico teatral (famoso por sus libros en contra del matrimonio) que se acaba de casar y hace una fujaz visita a sus tías antes de embarcarse de luna de miel, seguramente no llamaría la atención de nadie. Sin embargo, lo único que podría añadir a este resumen es que, si pensabas que la familia Vorhees o la familia Bates eran "especiales", te prepares para conocer a la familia Brewster... Las obras de Frank Capra más famosas siempre han mostrado la lucha de un hombre contra el mal frente a la indiferencia de la mayoría (Caballero sin espada, ¡Qué bello es vivir! o Juan Nadie), aunque en esta ocasión no veamos nada de eso. Humor, humor y humor negro es lo único que vamos a encontrarnos en estos 114 minutos de golpes, carreras y locura en blanco y negro.

Entre los actores, por supuesto, hay que destacar al gran Cary Grant. Aunque el actor se mostró durante toda su vida contrariado por este papel, hay que reconocer que está magnífico. Al actor no le gustó porque el director le obligó a sobreactuar en cada escena (cosa que parece que no le hacía gracia a Grant), y vaya si sobreactuó: carreras, muecas, golpes, alaridos... un Cary Grant como nunca se había visto (y como nunca se volvió a ver salvo, tal vez, en algunas ocasiones de Con la muerte en los talones) arrancando sonrisas al espectador en cada momento, lejos de su papel de galán eterno. Acompañándolo, un grupo de secundarios que lo hacen igual de bien que él ante los que habría que quitarse el sombrero: la sufrida y desconcertada (y también guapa) esposa, las entrañables (a la par que "especiales") tías del protagonista, el tío que se cree Teddy Roosevelt y sus cargas a traves de la escalera, el hermano malvado Jonathan que se parece a Boris Karloff y su compañero el doctor Einstein, alcohólico y complaciente interpretado por el también grande Peter Lorre.
El único fallo que se le podría criticar a la película es que no esté Boris Karloff... Pero como confieso que la primera vez que la vi pensaba que era él, y dado el magnífico trabajo del actor Raymond Massey, no seré yo el que la critique por eso. Recomendada para toda la familia, sólo espero que algún día pueda verla proyectada en un cine para poder reirme de verdad en una sala de cine, y no por lo cutre que resulte lo que están proyectando...
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