MacReady: Yo sé que soy humano. Y si todos fuerais esas cosas, entonces me habríais atacado ya, así que algunos de vosotros también sois humanos. Esta cosa no quiere mostrarse, sólo esconderse en una imitación. Luchará si es necesario, pero es vulnerable una vez se muestra. Si nos elimina, no tendrá más enemigos, nadie más a quien matar. Y entonces habrá ganado.
Título original: The Thing
Director: John CarpenterActores: Kurt Russell, David Clennon, Keith David
Año: 1982
Duración: 129 minutos (aproximadamente)
Trailer: http://us.videos.starmedia.com/video/iLyROoaftYtR.html
Antes de ver La Cosa, pensaba que Alien era lo mejor que se había hecho sobre extraños alienígenas ofuscados en matar humanos. Alien tenía naves espaciales, bichos espaciales y una tripulación intentando sobrevivir en algún lugar remoto del espacio... Luego vi La Cosa y tuve que cambiar de opinión...
Tristemente maltratada por la crítica en su momento (probablemente por coincidir el mismo año que E.T., una visión más agradable de seres extraterrestres, sin duda), el tiempo parece estar devolviéndola al sitio que se merece. Un mal llamado remake de El Enigma de Otro Mundo (por basarse en el mismo relato de ciencia ficción), La Cosa ha dejado varios elementos para la posteridad: el mítico personaje de Kurt Russell con su eterna barba, gafas de sol y botella de JB; las delirantes apariciones de La Cosa y uno de los finales más míticos del cine.
Hay que reconocer que otro de los elementos que consiguen crear la sobrecogedora atmósfera que envuelve a esta película (a parte del buen hacer del director y las asquerosas apariciones de la cosa) es la música del gran Ennio Morricone. Resulta tan inquietante como el no saber si al personaje que está hablando le va a explotar la cabeza para acabar con el otro interlocutor o si a ese tipo que parece muerto no le van a salir catorce patas y cuatro ojos y va a abalanzarse sobre la cámara...
Puede que la obsoleta técnica del slow motion y las sobradas del personaje de Russell provoquen la risa si se ve en compañía, pero en el frío salón por la noche sólo en casa no es tan divertido...
Un campamento de investigación en la Antártida se encuentra con un ser extraterrestre con la alarmante capacidad de convertirse en réplicas de otros seres vivos (matándolos en el proceso). La criatura ha de matarlos y los humanos han de matarla a ella, para poder sobrevivir. Con esta sencilla premisa, John Carpenter creó uno de los espectáculos más horribles de la historia del cine, pero no horrible de malo. Horrible de claustrofóbico (la mayor parte del tiempo los protagonistas se encuentran en el interior de la base, ya que si están mucho rato fuera lo más probable es que mueran congelados), horrible de angustioso (la primera vez que la ves, no sabes quién es humano y quién es "portador" de la cosa, haciendo que sospeches de todos como buen paranóico) y horrible de asquerosa (cuando descubren a la cosa, el cuerpo humano se deforma y muta de las maneras más desagradables que puedas imaginar, y se ven cabezas con patas, estómagos con dientes y demás asquerosidades usando la ya olvidada técnica del slow motion).
Tristemente maltratada por la crítica en su momento (probablemente por coincidir el mismo año que E.T., una visión más agradable de seres extraterrestres, sin duda), el tiempo parece estar devolviéndola al sitio que se merece. Un mal llamado remake de El Enigma de Otro Mundo (por basarse en el mismo relato de ciencia ficción), La Cosa ha dejado varios elementos para la posteridad: el mítico personaje de Kurt Russell con su eterna barba, gafas de sol y botella de JB; las delirantes apariciones de La Cosa y uno de los finales más míticos del cine.
Hay que reconocer que otro de los elementos que consiguen crear la sobrecogedora atmósfera que envuelve a esta película (a parte del buen hacer del director y las asquerosas apariciones de la cosa) es la música del gran Ennio Morricone. Resulta tan inquietante como el no saber si al personaje que está hablando le va a explotar la cabeza para acabar con el otro interlocutor o si a ese tipo que parece muerto no le van a salir catorce patas y cuatro ojos y va a abalanzarse sobre la cámara...
Puede que la obsoleta técnica del slow motion y las sobradas del personaje de Russell provoquen la risa si se ve en compañía, pero en el frío salón por la noche sólo en casa no es tan divertido...