jueves, 16 de mayo de 2013

La Vaquilla


Castro: ¿Podéis callar un momento?
Portavoz nacional: ¿Por qué? No me da la gana, estoy hablando yo...
Castro: ¡¡¡¡¡¡Que os calléis, cojones!!!!!!
Portavoz nacional: Bueno, bueno, me callo. Pero las cosas se piden con más educación...
Castro: A ver si nos enteramos: o dejáis de joder la marrana con vuestra fiesta o esta semana no hay intercambio... ¡Y liáis los pitillos con papel de limpiarse el culo! Y el que avisa no es traidor. Corto.

Título original: La Vaquilla
Director: Luis García Berlanga
Actores: Alfredo Landa, Santiago Ramos, Juanjo Puigcorbé, Guillermo Montesinos, José Sacristán, Carlos Velat, Eduardo Calvo, Violeta Cela
Año: 1985
Duración: 122 minutos (aprox.)

 Hablando sin tapujos ni ideas preconcebidas, se puede afirmar sin problemas que el cine español actual es como un truño infecto pinchado en un palo: cine autocomplaciente subvencionado, visiones subjetivas y de vergüenza ajena sobre temas mañidos (guerra civil/ETA/etc.) o clones sin alma de películas cochambrosas americanas. ¿Pero es que no hay cine español de calidad, si nos salimos de los clásicos del destape de Pajares y Esteso? Pues sí, claro que sí, pero hay que buscar en el siglo pasado y con lupa para descubrir las joyas de artesanos como Villaronga, Ibáñez Serrador, Garci o Buñuel (entre otros).
Castro explica el plan al teniente Broseta... 
 Aún afectado por el reciente fallecimiento del mejor actor español de todos los tiempos, me ha parecido oportuno reseñar la que es sin duda la mejor película del cine español: La Vaquilla. Puede parecer una elección extraña ya que, en apariencia, "sólo" es una comedia ambientada en la guerra civil española pero, tratándose de Luis García Berlanga, el humor sólo es un disfraz con el que enmascarar el horror...
 
 Este peliculón nos sitúa en algún lugar del frente aragonés, donde hace tiempo que no se intercambian tiros y se vive en una especie de "alto el fuego" generalizado. El anuncio de las fiestas de un pueblo en territorio nacional hace que los líderes locales del bando republicano se preocupen por la bajada de moral (y las posibles deserciones en masa) que producirá la festividad. Pero las mentes pensantes republicanas tienen un plan espectacular para convertir el problema en una solución: un pequeño comando se infiltrará en el pueblo y robará la vaquilla que piensan utilizar en la plaza de toros de las fiestas, minando la moral enemiga por el golpe de efecto y de paso alimentar con ella a las tropas republicanas... Y ya está. Con esta simple (y en ocasiones delirante) premisa, Berlanga desacraliza la mitificada guerra civil mientras nos cuenta las peripecias del comando republicano en pos de la vaquilla nacional. Y a cada minuto del viaje, no duda en meter el dedo en el ojo a todos los estamentos que se paseen por la pantalla: nacionales, republicanos, clero, aristocracia... ¡Y la mitad de veces ni te enteras!
El comando descansa en su camino hacia el pueblo...
 El bravo comando republicano está formado por el teniente Broseta (peluquero de profesión, con un correcto José Sacristán), el cabo Castro (el único militar de oficio, interpretado de forma mítica por Alfredo Landa), el "Limeño" (Santiago Ramos también borda su papel de torero encargado de liquidar a la vaquilla, aunque Castro prefería al disecador), Mariano (otro papelón de Guillermo Montesinos, que es el encargado de guiar al grupo al pueblo del que es oriundo) y el cura "rebotado" (Carlos Velat interpreta a un iniciado que dejó los hábitos y lo llevan por si sus conocimientos en temas católicos les pueden salvar el día). Acompañando a este peculiar grupo, descubriremos que pertenecer a un bando o a otro depende mayormente del azar (o de si votaste a quien no tocaba), que ante las necesidades más básicas del ser humano no hay enemigo ni ideología que impida relacionarse, que la mayoría de la gente quiere vivir tranquila sin preocuparse por historias raras que ni le van ni le vienen o que "picha dura no cree en Dios", entre otras grandes lecciones.
 
 La habilidad de Berlanga no se limita a sacar lo mejor de cada uno de los actores que están bajo sus órdenes, aunque ya sería algo digno de mención. No, la grandeza de Berlanga se extiende a más allá de lo que podemos ver en primera línea, justo detrás, si logras desviar la vista de lo que sucede inmediatamente delante de la cámara descubrirás que siempre están pasando cosas "por detrás": el tonto del pueblo se lía a "santazos" en la procesión, Castro y Mariano discuten sobre no se sabe muy bien qué... Y entre situaciones absurdas y momentos disparatados llegamos a ese doble final histórico: el Limeño se pone serio por primera vez en la película y resume los problemas de España en dos palabras. Luego, para que tengamos tiempo de reflexionar, el gran Berlanga nos regala unos planos a "vista de buitre" para que no tengamos ninguna duda al respecto.
 
 Mi reencuentro anual con La Vaquilla ha sido en esta ocasión más sentido. Saber que ya no contaremos con más apariciones del genio llamado Alfredo Landa (como esos intensos momentos que nos regaló en El Oro de Moscú) siempre es una mala noticia. Desde aquí, espero que descanse en paz...

sábado, 20 de abril de 2013

Ultimate Vengadores


Agente de I.M.A.: Lo siento, agente Barton, pero el Capitán América estaba en la explosión que acaba de oír. Me temo que ya sólo quedamos usted y nosotros.
 
Capitán América: Sí, claro. ¿A qué niña le detiene una bomba?
 
Editorial: Planeta DeAgostini
Guión: Mark Millar
Dibujo: Varios
Nº de páginas: 48 cada número
PVP: 3,75 € cada número
 
 La línea Ultimate, destrozada por gente como Bendis o Loeb y mamarrachadas como Ultimatum o "Soy Cable, el Lobezno del futuro", había perdido todo el sentido y atractivo que tuviera tiempo atrás. Los anteriormente gloriosos Ultimates ahora sufrían las idioteces que escribía Loeb, Spider-Man seguía tontería tras tontería con Bendis y de Los 4 Fantásticos y los X-Men no es necesario mencionar nada más...
Cráneo Rojo Ultimate

 Con este pobre trasfondo, el creador de los Ultimates volvió a su universo Marvel particular para, de nuevo, "liarla parda". Pero Mark Millar no se limitaría a seguir los pasos que antaño le llevaron a concebir la obra maestra del universo Ultimate, no señor... ¡Mark Millar había vuelto para divertirse!
 
 Tras los (lamentables) sucesos descritos en Ultimatum, vuelven a poner a Nick Furia a los mandos de un grupo especial de operaciones encubiertas: Ultimate Vengadores. De este modo, el bueno de Furia podrá reclutar a los agentes que considere más oportunos para cumplir misiones sucias y comprometidas que no deben salir a la luz pública. Y aquí ya vemos a Millar disfrutar como un niño, pues a lo largo de los cómics desfilarán multitud de personajes, viejos conocidos y sacados de la manga para la ocasión: Capitán América, Ojo de Halcón, Máquina de Guerra, una nueva Viuda Negra, el hermano de Tony Stark (!?), un clon de Hulk, el primer Hulk (!?), Blade... Todos ellos dejándose llevar al más puro estilo Millar de destrozar antes y preguntar después, mientras el lector pasa las páginas abriendo cada vez más los ojos por las animaladas, golpes de efecto y Deus ex Machina que se suceden más rápido que las frases lapidarias. 
 
 La colección consta de 12 números, divididos en cuatro aventuras diferentes y más o menos autoconclusivas, con el guión bien cubierto por nuestro especialista en sobradas. La parte gráfica va variando de saga en saga: el enfrentamiento con Cráneo Rojo cuenta con los lápices de Carlos Pacheco, la lucha contra el Motorista Fantasma está narrada por Leinil Francis Yu, las guerras vampíricas cuentan con el particular arte de Steve Dillon y la apoteosis final permitirá volver a disfrutar (a quien le guste) de Yu.
 
 De todas formas, entre tanto cachondeo y acción, Millar no perderá la ocasión de meterse con situaciones de actualidad a su peculiar manera. Las motivaciones últimas de un terrorista internacional, los juegos de poder dentro del poder que están tan a la orden del día, las protestas "espontáneas" en países árabes... Todo se mostrará, con mayor o menor sutileza, mientras los héroes de turno se dedican a intercambiar "impresiones" entre ellos o entre sus adversarios.
 
 Lleno de momentos espectaculares (casi cualquier aparición del Capi, los giros en la historia de los vampiros, el ajuste de cuentas final...) y situaciones rocambolescas (cualquier personaje creado para la ocasión: Hulk friki, La Araña, El Primer Hulk...), Ultimate Vengadores es un cómic ameno y entretenido con el que pasar un buen rato. Se dice por ahí que Millar se molestó con Marvel porque en los X-Men del universo "normal" se dedicaron a hacer también una guerra de vampiros, y este pique forzó la salida de Millar y el final de la colección. Una verdadera lástima, porque la cosa podría haber continuado sin que la temática se hicera obsoleta...


Sí, alguien ha golpeado a Roddey con una avioneta (con piloto y todo)
 Ultimate Vengadores no llega a hacerle sombra a los Ultimates originales ni lo pretende tampoco, sólo se trata de sentarse y reir mientras los personajes deambulan y las pasan canutas por las delirantes situaciones en las que los sitúa Millar. O puede simplemente que el que escribe estas líneas no sea imparcial cuando lee una historia donde el cachondeo y los personajes con "mala baba" inundan cada viñeta. De todas formas, ¿¡Se ha mencionado ya que el Capitán América es apresado por unos... franceses!?

martes, 16 de abril de 2013

Los Siete Magníficos


Viajero: ¿Y desde cuándo no dejan aquí enterrar a los indios en el cementerio?
Enterrador: Desde que el pueblo se civilizó, señor...

Título original: The Magnificent Seven
Director: John Sturges
Actores: Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, Eli Wallach, James Coburn, Horst Buchholz, Robert Vaughn, Brad Dexter, Whit Bissell, Vladimit Sokoloff
Año: 1960
Duración: 126 minutos (aprox.)
Trailer: En V.O.

 Parece ser que el bueno de John Sturges se quedó encantado con la (ahora) famosa obra de Kurosawa Los Siete Samuráis y decidió rodar su propia versión cambiando las katanas por revólveres y los samurais por tíos duros de verdad... y el experimento le salió perfecto.
 
 Los Siete Magníficos es una obra al que pueden aplicársele varias características: un remake, una cantera de actores famosos (la mayoría de los actores de la película que os resulten familiares empezaron su éxito aquí), el primer western "grupal", la primera muestra de western crepuscular pero, sobretodo, es una P.O.M. sin discusión. La película nos sitúa en un pueblo fronterizo acosado por un bandido sin escrúpulos (Calvera), en donde la necesidad de defenderse (dada la pasividad de las autoridades "competentes") obligará a sus habitantes a buscar quienes les enseñen a defenderse. Un argumento simple que esconde momentos míticos de la historia del cine: el reclutamiento de los pistoleros (desde el traslado del cadáver de un indio hasta la llegada al pueblo de marras), el acercamiento de los pistoleros a la sencilla vida campesina, el primer enfrentamiento entre Los Siete Magníficos y Calvera, o el apabullante tiroteo final.
 
 Los actores se lo toman en serio y desprenden carisma por todas partes: Yul Brynner es simplemente El Pistolero Más Duro Que Ha Existido, McQueen es el aventurero mujeriego que cuenta chistes, Bronson es tan fuerte como buenazo, Wallach es el villano de opereta que se autojustifica en cada momento, Coburn es como Oliver Aton pero con armas en vez de balón, Vaughn es el magnífico mejor vestido, Dexter es el pesetero gracioso y Buchholz pues un alemán haciendo de mejicano... Y todos con su minuto de gloria (más o menos), como debe ser.
 
 Las frases lapidarias se suceden cada minuto, más o menos: "Un hombre así sólo compite consigo mismo", "Lo nuestro no es resolver tus problemas, lo nuestro es el plomo...", "Es el mejor tiro que he visto nunca", "No, es el peor...", "No tengo nada que demostrar a nadie... salvo a mí mismo", "Enemigos: 0... vivos"; la mítica banda sonora acompaña en los momentos más necesarios, para resaltar la épica del asunto que se traen entre manos los pistoleros; se pegan más tiros que en una guerra de verdad; y, mientras el maestro Sturges monta planos y coreografías de acción... ¡La filosofía y la crítica social se dejan caer por ahí como si nada!
 
 Hasta la llegada de Los Siete Magníficos, los pistoleros del cine eran los tíos guays que llegaban, arreglaban el problema y se quedaban con la bella dama para formar una familia y vivir cristianamente. Aquí no, aquí los pistoleros empiezan a ser inadaptados sin futuro ni pasado, sin esperanzas ni pasiones, que viajan sin rumbo de camino a ninguna parte. Y, lo mejor de todo, es que son conscientes de ello: la conversación de Bronson con los niños (paliza incluida), Dexter hablando del tiempo, la conversación McQueen-Brynner cuando todo está perdido, los reproches de Chico, la conversación final...
 Como en todo clásico que se precie, los rumores y las historias "detrás de las cámaras" abundan por todas partes: que McQueen intentaba robar en cada plano el protagonismo a Brynner, que ambos se odiaban (aunque yo lo que veo en pantalla es una química brutal entre ambos, heterosexualmente hablando) e incluso que Brynner hacía montoncillos con la tierra donde tenía que estar al lado de McQueen para estar más alto... Y, como en todos los clásicos con leyendas urbanas, al que ésto escribe le da bastante igual mientras el resultado sea tan bueno como Los Siete Magníficos.

 El apabullante éxito de Los Siete Magníficos permitió la creación de tres olvidables secuelas (El Regreso de los Siete Magníficos, La Furia de los Siete Magníficos y El Desafío de los Siete Magníficos) y una simpática versión futurista (Los Siete Magníficos del Espacio) que no fueron capaces de acercarse a la calidad y profundidad de la original.

 Seguro que habrá westerns mejores, incluso alguien asegurará que hay películas mejores que este clásico atemporal. De hecho, alguien hasta se atreverá a opinar que es una mala película... Pero no importa, Los Siete Magníficos es uno de los imperdonables del cine y hay que verla como mínimo varias veces antes de morir.