lunes, 6 de agosto de 2007

Predicador


Tulip: ¿Aquí es donde vas a empezar a buscarle, Jesse?
Predicador: Tanto da Texas como otro lugar.
Cassidy: ¿Ah, sí?
Tulip: ¿Dónde buscarías tú?
Cassidy: No sé. Conocí a un tipo que juraba haber visto a Dios, pero le encerraron por joder espásticos en las órbitas oculares. Llevaba sombrero de copa...
Tulip: ¿Y tu ojo en la punta de su polla?
Cassidy: ¡Heh!
Tulip: Dicen que Dios está en dos sitios: en la iglesia y en el fondo de una botella.
Predicador: Pues iré a buscar una licorería... porque te aseguro que en la iglesia no.

Editorial: Planeta DeAgostini
PVP: 3,5 € (cada tomo, de momento)
Guión: Garth Ennis
Dibujo: Steve Dillon
Entintado: ¿Steve Dillon?

Imagina que eres un predicador. Imagina que se te concede un poder tan grande que rivalizas con el de Dios. Piensa ahora que descubres que Dios ha dejado su puesto y ha abandonado a la humanidad que creó. ¿Crees que ya sabes cómo es Predicador? Pues seguro que te equivocas... La serie que lanzó a la fama a Garth Ennis es algo que no se puede imaginar. La búsqueda de Dios que emprende el reverendo Jesse Custer, más física que espiritual, es algo que no puede describirse con palabras. Violencia, humor, crítica social, violencia, grandes personajes, John Wayne, violencia, frases lapidarias, humor negro, violencia...

De entrada, el argumento es bastante sencillo: un predicador descubre que Dios ha "abandonado" su puesto y a su creación, así que decide buscarlo para pedirle explicaciones tras recibir un poder que le permitirá hacerlo. Pero aquí es donde interviene la maestría de Ennis, haciendo que el predicador y sus amigos se muevan por toda América y parte del resto del mundo, criticando mediante situaciones y personajes todo lo que va mal en el mundo. Según el propio Ennis, pretendía hacer un westren en cómic. Y se nota en muchos de los protagonistas, la ambientación y las situaciones. Pero, afortunadamente, le salió algo más grande, mucho más grande...

Habrá momentos en los que te reirás, otros en los que te asquearás, muchos en los que te estarás riendo de alguna atrocidad para preguntarte luego cómo puedes reirte de tal barbaridad, incluso habrá momentos en los que te pararás a pensar sobre lo que acabas de leer... pero lo que no harás será aburrirte.

Predicador es una gran historia de amor (entre Jesse y Tulip) de las que no se olvidan. Predicador es un gran cómic de acción (entre el Santo de los Asesinos, el Grial y el pasado de Jesse y Cassidy hay más tiroteos que en toda la saga de Rambo). Predicador también es un gran western (Jesse Custer es el vaquero protagonista de los westerns, pero por si acaso también tenemos a El Santo de los Asesinos, a John Wayne, el Gran Cañón e incluso el Álamo). Predicador es una gran intriga (el pasado de Jesse, Cassidy, ¿dónde está Dios?, El Grial). Predicador es un cómic donde aparecen algunos de los mejores personajes de todos los tiempos (Cassidy, Caraculo, Herr Starr, Tulip...). Predicador es violencia gratuita y exagerada (disparos a la cabeza, desmembramientos, descuartizamientos, peleas de bar, patadas en las pelotas)... Predicador es tantas cosas que no podría ennumerarlas todas. Ni falta que hace.

Un golpe de aire fresco en un asfixiado 1995, el mundo del cómic recuerda Predicador de diversas formas: una genialidad de un genio, una sobrada de un patán o incluso un intento de aprovechamiento de las ansias violentas que se acentuaron en la década de los 90. Sea lo que sea, la búsqueda de Jesse Custer es uno de los mayores entretenimientos que ha dado de sí el mundo del cómic. El valor teológico, escatológico o violento que le dé la gente tras leerlo es cosa de cada uno.

Sólo quisiera destacar tres cosas. Primero, la impresionante labor de Steve Dillon, dotando a los protagonistas de una expresividad que sólo he visto en los dibujos del mítico Kevin Maguire (poniendo más fondos que éste, por cierto). Segundo, el maravilloso personaje de Cassidy. Es el único que evoluciona en los 66 números de la colección. Bueno, igual más que evolucionar va dando tumbos, pero es realmente impresionante (si creeis que es un "hijoputa", en sus propias palabras, al principio...). Y, por último, todas esas magníficas referencias al western (John Wayne, El Santo de los Asesinos, El Gran Cañón, El Álamo, Predicador...). Para un aficionado al western como yo, es todo un cúmulo de referencias.

Si perdiste la oportunidad de disfrutar de este clásico moderno, Planeta DeAgostini lo ha empezado a reeditar hace poco en tomos semanales. Déjate llevar de la mano del Predicador por un viaje increible, aunque a veces acabes algo traumatizado y lo sueltes. Acabarás por volverte a enganchar...

Caballero sin espada


Jeff Smith: Supongo que esto sólo es otra causa perdida, Sr. Paine. Ninguno de ustedes sabe sobre causas perdidas. El Sr. Paine sí. Él dijo una vez que eran las únicas causas por las que valía la pena luchar, y luchó por ellas en el pasado por la única razón por la que un hombre lucha. Por un plan simple, por una sencilla regla: "ama a tu vecindad" y en este mundo de hoy, lleno de odio, un hombre que conoce una regla sabe una gran verdad. Usted conocía esa regla, Sr. Pain, y yo le quería por ello, como le quería mi padre. Y sabe que se lucha más fuerte por las causas perdidas que por cualquier otra. Sí, usted incluso habría muerto por ellas, como un hombre que ambos conocemos, Sr. Pain. Usted cree que estoy cansado. Todos creen que estoy cansado. Bien, no estoy cansado y voy a permanecer aquí y voy a luchar por esta causa perdida aunque esta sala se llene de mentiras como esas, y todos los Taylors y sus ejércitos marchen por este lugar. Alguien me escuchará! Alguien...

Título original: Mr. Smith goes to Washington
Director: Frank Capra
Actores: James Stewart, Jean Arthur, Claude Rains, Edward Arnold
Año: 1939
Duración: 129 minutos (aproximadamente)
Trailer: http://www.movie-list.net/classics43007/mrsmithgoestowashington.mov

Puede que algunas personas la consideren una americanada tradicional en el cine, tal vez por el recorrido turístico y los ideales míticos que desprende el personaje de James Stewart, pero en realidad esta película es una bofetada en toda regla (por no decir una patada a la entrepierna) al sistema americano. Con un final feliz (si no, claro, no sería Capra), la historia de un idealista americano que es elegido a dedo como senador para que pueda ser fácilmente manipulado hasta que se da cuenta de la verdad, sirvió para realizar un análisis sobre la corrupción en el mitificado senado americano. La manipulación de los periódicos, la elección a dedo de cargos civilies, el desprecio por las masas, la diferencia entre el ideal y la realidad... todo tiene cabida en esta maravillosa película, y lo preocupante es ver que todos estos problemas ya estaban presentes en 1939...

Una de las mejores actuaciones de James Stewart, aunque habría que aclarar que no he visto ninguna que fuera mala, haciendo de tonto idealista en los primeros tramos del film y de acalorado luchador en el épico final intentando que le escuchen. Si bien puede llevar él sólo la película, el buen hacer de los secundarios sirvió sin duda para hacerla aún mejor, destacando el papel de Claude Rains sobre el resto por ser el único que le presenta un fugaz duelo interpretativo...

Nada de explosiones, ni tiros, ni muertes. Sólo un hombre contra el sistema, con la palabra como única arma y la creencia en sus razones. Curioso y significativo es que la persona que le abra los ojos al idealista sea un personaje totalmente desencantado con el sistema y, sin embargo, sea éste mismo el que le impida a Smith convertirse en un desencantado como él.

El grandioso final, con Smith enfrentado a todos los senadores de Estados Unidos, es uno de los momentos más grandes del cine: veintitrés horas sin dejar de hablar para que no le quiten la palabra frente a unas personas que no quieren escucharle, aunque haya alguien que no tendrá más remedio que escuchar... Un final, en definitiva, más apasionante y vibrante que la inmensa mayoría de "películas de acción" con las que nos bombardean últimamente...

Ya no se hace cine como este. Lamentablemente, la parodia de Los Simpson (en ese capítulo donde Mel Gibson hace un remake de Caballero Sin Espada donde acaba atravesando al presidente con la bandera americana) ejemplifica a lo máximo que se puede aspirar hoy en día si se hiciera un remake de esta impresionante historia. La democracia mancillada por la propia democracia y salvada al final por ella misma, todo en 129 minutos de blanco y negro gracias a la dirección de un mito del cine... Algunos la llamarán americanada, otros infantil, incluso alguien se atreverá a decir que es aburrida; yo sólo diré que esto es cine...