
Título original: Warlock
Director: Edward Dmytryk
Actores: Herny Fonda, Richard Widmark, Anthony Quinn, DeForrest Kelley, Dorothy Malone, Dolores Michaels
Año: 1959
Duración: 116 minutos (aproximadamente)
Debo confesar que he vivido engañado. Como aficionado al género del western, he oido cómo la gente moja los calzoncillos hablando de los westerns crepusculares clásicos de los directores John Ford, Sam Peckinpah o Clint Eastwood, pero nunca había oido nada sobre esta película. ¿Será por la pésima labor de traducción dl título, que nos llevará a confundirlo con un malo de James Bond?

El comienzo no podía ser más típico: un pueblo perdido americano que sufre el acoso de una banda de vaqueros decide contratar a un profesional para que les libre de ellos. ¿Pero qué pasa aquí? ¡Richard Widmark es un componente de la banda de malos!¿Henry Fonda es un pistolero a sueldo al que sólo le importa el dinero? Y Anthony Quinn... ¿¡Anthony Quinn está cojo!? Y lo que pensaba que sería un esquema clásico de "pistolero llegaa pueblo con problemas y se carga a los malos entre los aplausos de los ciudadanos" se convierte en algo que pocas veces he visto en un western. Ley, orden, justicia, venganza... Todo enfrentado y discutido, puesto a prueba por los personaje que en muchas ocasiones no son lo que parecen. El papel del héroe y el villano no es algo definido en esta obra, sino más bien una etiqueta que cambia con el paso del tiempo.
Y entre gracias del personaje de Quinn, esperando a cada momento que el Enterprise teleporte al gran DeForest Kelley y varios tiroteos, llego al impresionante final en que no puedo evitar postrarme ante el gran talento de Herny Fonda y acordarme de William Munny en el tramo final de Sin Perdón, y volver a preguntarme porqué no sabía de la existencia de este peliculón...

Dirigida con buen pulso por Dmytryk, la película nos hará pasar de momentos cotidianos a tiroteos sin descanso mientras los personajes principales (y algunos secundarios) evolucionan de manera impecable mientras debaten sobre la justicia y la civilización con hechos, no palabras. Del trío de estrellas que protagonizan este western, debo destacar el buen hacer de Fonda sobre el resto pero sólo por preferencias personales, porque tanto Anthony Quinn como Widmark consiguen hacerse con los personajes como si fueran suyos, el primero con su cara de gracioso cabrón y el otro con esa cara de circunstancias que en esta ocasión le va como anillo al dedo.
Una buena película que creo que ha sido lo suficientemente ignorada como para que ésta sea una buena ocasión para ser redescubierta. Sólo por los tres protagonistas ya lo vale.
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